1. Higiene facial
El primer paso para sentir una piel radiante es una limpieza que la mantenga sana y equilibrada.
La clásica limpieza de cutis deja lugar a un tipo de higiene avanzada, basada en el respeto a la piel para que recupere o mantenga su equilibrio.
Sea joven o madura la piel necesita, periódicamente, un tratamiento facial específico para desintoxicarse en profundidad para poder lucir todo su esplendor. Todos estos tratamientos incluyen limpieza y tonificación, exfoliación con punta de diamante, vapor ozono, extracción y alta frecuencia, masaje relajante, ampolla de tratamiento y, por último, mascarilla; todo ello con alta cosmética, indicada para cada uno de los diferentes tipos de piel.